martes, 18 de octubre de 2011

Bloqueo

No recuerdo el año. No recuerdo si hacía frio o calor, por tanto tampoco se en que estación estaba. Era por la mañana, pronto. Iba al colegio subido en el M-3.

Mi cabeza nunca ha estado muy en su sitio, y una de mis fobias era la gente, la vida social. Me bajaba del autobús una parada después de la que estaba más cerca del colegio y callejeaba para llegar y no encontrarme con nadie, no tener que entablar una conversación que no sabía ni como empezar y que me incomodaba hasta límites extremos.

Por eso lo vi. 

Cuando atravesaba la plaza de Chamberí en el autobús siempre me quedaba mirando la comisaría que estaba al otro lado del parque. No se la razón, pero la vista de la comisaría me atraía y se convirtió en ritual, ver la comisaría y los policías en su puerta.

Por eso lo vi.

Estaba de pie, en la puerta de atrás, preparado para salir y ya había pulsado el botón que avisaba al conductor de que me iba a bajar en la siguiente parada.

De repente vi a alguien que andaba hacia la puerta de la comisaría, donde yo tenía puesta la mirada. Un ruido. Un lío. No vi nada más. No podría reconocer ni al policía ni al hombre que se acercó. 

No vi nada más significa que mi cabeza desconectó. No me bajé cuando el autobús paró. Me bajé en la siguiente parada, eso lo se. Supongo que nadie en el autobús se dió cuenta de lo que había ocurrido, debió ser todo demasiado rápido. Si se, porque me lo contaron, que un asesino de ETA le había volado la cabeza a un policía de un disparo.

Tampoco recuerdo como llegué al colegio, un interruptor de mi cerebro debió instalar el piloto automático, lo suficiente para respirar, para caminar, para saber donde dirigirme, pero sin pensar en lo que acababa de ver.

El recuerdo sigue bloqueado, no siento cuando pienso en ello. Todo es oscuro, no hay nada.

Ayer se celebró una "conferencia de paz" para encontrar una solución política para un problema que es ético. Supongo que los que tan alegremente hablaban ayer tienen un cerebro mejor que el mío. Ellos sí son capaces de procesar el asesinato como un medio. La muerte, lo inmoral como una circunstancia. Y negociar con ello.

Renunciar a la justicia para conseguir fines políticos. Hay cosas que no merecen la pena. Hay cosas que no se pueden medir con la escala pervertida de los resultados como objetivo único.

Yo si quiero justicia. Pero es que mi cerebro es de los que se bloquean.

4 comentarios:

Santi (Ostane) dijo...

Después de haber leído las varias entradas de tu blog, quisiera decirte muchas cosas, y sin embargo, creo que todas ellas se pueden resumir en una: compréndete, perdónate (bueno, al final han sido dos). Pocas personas son capaces de ver sus errores, sus defectos, sus "pecados". Tú, en cambio, lo haces. Levanta tu torre a partir de ahí.
Un abrazo.

Santi (Ostane) dijo...

He leído hace unos minutos al "señor" Eguiguren: "ETA son los presos. Mientras haya presos, hay ETA". Manda huevos...
Sí, Cisco, blanco y en botella... Aún tendremos que pedir nosotros perdón a ETA.

Sergio dijo...

No tengo palabras para definir el estado en que me han dejado tus post..., solo puedo mandarte un abrazo y decirte que has llegado a mi corazón con tus palabras.

Un abrazo enorme amigo

Cisco dijo...

Amigos Santi y Sergio,

sobre todas las cosas gracias por vuestra amistad. Y en segundo lugar por leerme. Gracias también por vuestra aportación.

En este espacio solo van pensamientos deslabazados, momentos y sentimientos que quiero sacar, demonios que necesito arrojar.

Un abrazo

Cisco.